Cine Oxidado:
"RETORNO AL PASADO"
por Vittorio Farfán,
trippas.cl

"Out of the Past" (1947)
Director: Jacques Tourneur

Es difícil poder encasillar los filmes en géneros. Para muchos son películas que cumplen un perfil en común al que se le puede enmarcar dentro de ciertas reglas, que ni siquiera los directores (los buenos directores) se autoimpusieron (las veces que ha pasado eso es totalmente en broma). Creo que el arte es una de las pocas cosas que se puede jactar de no tener fronteras.

En el caso del cine negro ¿acaso el “Halcón Maltes” es lo mismo que “La jungla de asfalto”? ambas son John Huston haciendo cine negro, aunque no se parecen en estructura ni mucho menos en su trama… si ya es difícil considerar a un director constante en el género, todavía es más difícil meter en el mismo saco a Fritz Lang, Otto Preminger o Jacques Tourneur, que individualmente ya son verdaderos maestros del cine. Por eso cuando se habla de un Film-noir poco convencional, es como decir que el surrealismo es muy surrealista.

“Retorno al pasado” es una película con una fórmula fácilmente taquillera, ya que es entretenida, dinámica, tensa y romántica. Pero que al mismo tiempo es profunda, compleja, metafórica, pictórica y misógina.

La historia comienza con un hombre antipático que desde su primera escena sospechamos que no tiene buenas intenciones. Dice buscar a un viejo amigo llamado Jeff (Robert Mitchum) que ahora atiende la bomba de bencina del pueblo, quien justo salió a pescar con su novia. Cuando Jeff vuelve a la bomba se encuentra con él y entendemos que no es de su agrado encontrarse con este hombre, quien le comenta que su jefe Whit quiere verlo ¡pronto!… Jeff entonces, antes de partir, decide pasar a buscar a su novia y contarle de su oscuro pasado. Jeff era un detective privado que contrató Whit para perseguir a una mujer que le robó dinero y casi lo mata… Jeff la persigue, la encuentra, pero termina cayendo en sus encantos. Juntos escapan de Whit radicándose en Chicago, hasta que un socio de Jeff los descubre y los chantajea, pero ella mata a este hombre y escapa… Después de contar su pasado en una especie de testamento o prueba de verdadero amor hacia su novia, Jeff entra a la cabaña mansión de Whit. Su novia Ann toma el auto y retorna al pueblo sin saber si será la última vez que vea a Jeff y éste tampoco sabe que va pasar con él.

En esta película todos mienten, mientras más avanza la historia, descubrimos más mentiras, todo por culpa de una mujer fatal por la cual tanto Jeff con Whit tienen una relación de amor-odio por ella y, sin darse cuenta, son seducidos a irse directamente al abismo.

Jeff, con el supuesto oficio de “detective privado”, ¿qué hace un detective privado? No era nada más que un cesante del bajo mundo que hacía trabajos menores e incluso participaba en crímenes de poca monta, el cine se encargó de volverlos en antihéroes del bajo mundo, que a pesar de todo tenían una leve honestidad o nobleza… bueno ese es el caso de Jeff (interpretado por Robert Mitchum), quien logra un personaje apático que a pesar de lo frío que es, agrada por la sensación de sus pensamientos que rozan el existencialismo y a pesar de su desafecto podemos entender sus intenciones. Whit, interpretado por Kirk Douglas, es supuestamente un hombre del mundo de las “apuestas”, esos que son elegantes caballeros que son el nexo del bajo mundo con la clase alta (quienes también apuestan, compran productos robados, consumen droga y se van de putas), por eso Whit sabe como tratar a la gente, habla de una forma extorsionadora, incluso simpática(ironica), que da la impresión de no darse cuenta de que lo engañan y que no entiende a sus personajes, aunque no es así. “Conozco a muchos chicos listos y pocos honestos… Tú eres ambas cosas” Con esa gran frase Kirk Douglas le dice a Jeff que lo contrata, logrando un personaje que se siente creíble y que logra intimidar al indiferente Jeff. No son su trajes caros, ni sus matones, ni tampoco sus pertenencias (Autos, Caballos y mujeres fatales)…es simplemente un personaje que da una sensación de impredecible, de que a pesar de no gritar, ni apuntarte con un arma, su seguridad en la forma de gesticular da la impresión que si no estas de su lado tu vida corre peligro… aunque esté con una bala atravesada… parece que hasta muerto te puede escupir su veneno.

Kathie Moffat, la máxima femme fatale del cine, es una de esas chicas que aunque todo el mundo
te advierta que te va a cagar la vida, si ella te da una mirada que demuestre interés hacia ti, irás por ella y mentirás, traicionarás y hasta te clavarías un puñal si te lo pide. Kathie nunca dice la verdad, es la única forma que conoce para subsistir, utiliza todos sus encantos para engatusar e incluso blufear con sus sentimientos. Jane Creer en esta película se ve sexy y perfecta hasta si usara un traje de aspillera… se seguiría viendo con un garbo que incluso ella nunca volvió a lograr a un nivel tan perfecto de genialidad con esa voz neutral, como de sirena, que incita a los marineros a tirarse a los roqueríos. Pero en la historia hay otra mujer, Ann, quien representa todo lo contrario a Kathie, porque es una mujer angelical, inocente, con una incondicionalidad hacia Jeff que le permite tolerar, aceptar y entender todo lo que él hace… aunque un despechado amigo de infancia (o pareja de infancia) siempre trata de confundir sus sentimientos hacia Jeff y más cuando es perseguido por la justicia. Aunque Virginia Huston (Ann) siempre representó ese tipo de papel en muchos filmes de la productora RKO, en este caso es una creíble adolescente con unos padres conservadores y enamorada de una versión alternativa del chico de la moto, en una forma de admirar a un ser sin molde, logrando un personaje exquisitamente contradictorio (así somos por esencia).

Es casi absoluto que los Lumière inventaron el cinematógrafo y el expresionismo Alemán fue la etapa que se encargó de volver lo que era algo circense en Arte (algo ayudó también D.W. Griffith) recién en los años 40 vemos al cine con una estructura narrativa totalmente propia, la que por fin logra diferenciarse de las otras artes, en la cual se puede considerar que las combina, pero a la vez las hace coexistir armónicamente. Este es un gran ejemplo de ello. Tourneur, junto al autor del libro Daniel Mainwaring (escritor del libro que inspira la película y colaborador del guión de ésta), logran justificar que hacer la película basada en un libro no es sólo adaptar textualmente ni caer en las sutilezas de ser fidedigna a la obra original.



En “Retorno al pasado” hablan los ojos de los protagonistas, porque lo que no dicen se deduce en el tiempo, los silencios, las contramiradas, los abrazos, los rostros confrontándose, los cuerpos desde las penumbras, la soledad de los paisajes… todo eso que tomaría muchas páginas describirlas se vuelven en un par de minutos manejados con experticia… además, es un buen ejemplo de que una historia no es sólo narrativamente compleja (en la mitad de la película se empieza a relatar el pasado del protagonista), ya que es funcional a cómo queremos contar la historia y no es sólo un snobismo o un intento de hacer una película “loca”, porque el director busque confundir al espectador, la película va progresando como si fuera desarmando un envoltorio que nos lleva finalmente a aclarar todo lo ocurrido.

Retorno al pasado funciona con múltiples lecturas, pero creo que la más predominante es cuestionar el concepto del amor en una reflexión muy existencialista. Por ejemplo la relación de Whit con Kathie. Whit la desea como mujer objeto, de acuerdo al comentario que hacen respecto a los 40 mil dólares que Kathie le robó antes de dispararle “una vez tuve un caballo que le aposté 20 mil dólares… los perdí… entonces lo compré y ahora vive en mi granja… nunca más ha vuelto a competir”. Él sabe que Kathie es manipuladora, que en cualquier momento le va hacer una trampa, pero es un lindo trofeo, hermosa y deseada… lo mejor para un hombre que gusta y viste de lo mejor. Kathie no quiere a Whit, pero él tiene todo lo que ella desea, a pesar de que le compre esos vestidos exclusivos y joyas costosas, cada vez que mira a Jeff a los ojos dice “sácame de aquí”… nunca es clara su relación. Con Jeff puede que lo ame de verdad por lo auténtico y sincero que es… o tal vez sólo lo ha engatusado para seguir con vida, ya que Jeff es astuto y puede subsistir en el bajo mundo, pero lo único que tenemos claro de Kathie es su egocentrismo y que lo único que le interesa es ella y seguir viva.

Jeff vive la dualidad del supuesto amor que tiene con Ann, ya que ella representa maternalismo, la mujer que aguanta y entiende todo. Tal vez ama la seguridad y estabilidad que le da ella, a diferencia de Kathie en donde todo es impredecible y al margen de la ley. Cuando Jeff decide contarle toda la verdad a la inocente de Ann, más que un acto de amor, es un acto de sinceridad frente a una persona que ha sido realmente noble con él, el cual corresponde a su apoyo incondicional… Jeff tal vez la ama. Pero, a pesar de todo, se siente atraído por los encantos de Kathie, que lo confunde y le obligar a volver a los bajos mundos… es una relación narcótica autodestructiva, pero cada vez que se cruzan sus ojos podemos ver el magnetismo casi químico, no es un amor idealista y no tiene fundamentos aparte del encanto de ambos, se podría decir que lo que hay entre ellos es casi químico o instintivo. Jeff pasa gran parte de la historia divagando entre sobrevivir, mantener a Ann alejada de este peligro y evitar los encantos de Kathie.

Es verdad que todo este oscuro mundo de películas policiales y de detectives siempre existió en el cine, pero la aparición de la mujer fatal en este género es interesante, no es extraño que a mediados de los 40 empieza a aparecer en el cine y la literatura gringa una mujer más liberal, como consecuencia de la segunda guerra mundial, en donde los hombres viajaron a defender su país (eso dicen) y la mujer tuvo que sustituirlo en las fábricas. Al pasar el tiempo muchos de ellos murieron en la guerra y otros volvieron totalmente inútiles. Las mujeres empezaron una nueva forma de vivir, a vivir solas, o a ser ellas el sostén de la familia… pero también muchas de ellas, conociendo sus encantos, y en busca de lograr las cosas con el menor esfuerzo, como dijo alguien por ahí: “una mujer no necesita aprender mecánica, basta con que muestre sus piernas al lado del auto y alguien para ayudarla”. Estas mujeres encuentran la mejor forma de lograr lo que querían (una vida de reina como la que veían en el cine) embaucando con su belleza a viejos adinerados o jefes de mafias... o sea, digamos que la mujer fatal (o la trepadora) es también otra evolución de la mujer liberal, la que no quiere el lado duro de la igualdad de géneros, porque le agradan las comodidades de la dependencia del supuesto sexo débil.

Tourneur es un director muy interesante, en sus películas más emblemáticas podemos ver que no intenta de repetir una fórmula o caer en crear una fórmula propia… su fuerte es que sabe contar una historia aprovechando los elementos cinematográficos como los racconto, escenas subjetivamente oníricas, el uso de elementos simbólicos en sus personajes, actuaciones sutiles, atmósferas representativas. El cine que Torneur realiza es una lectura simple de cómo transcurre su trama, pero narrativamente rica en giros y sutilezas que nos dan como resultado una película inteligente.

Siempre se ha comparado a “Una historia violenta” de Cronenberg e incluso para algunos es un descarado remake, aunque creo que Cronemberg busca un relato más oscuro, demostrándonos su teoría de la mutación del ser humano, al exponer como el protagonista, siendo un personaje muy querible, termina mostrando su verdadera esencia, que es un ser que inspira temor. Ambas películas tienen similitudes en la trama… que sea un villano que se esconde en un pueblo (incluso trabaja en un restorán al frente de una bencinera), aunque la coincidencia y diferencia más clara, es una de las escenas más importantes en ambas: el viaje en auto que tanto en “Una historia violenta” como en “Retorno al pasado” ocurre en el clímax de la película … en la realización de Cronemberg el personaje efectúa un viaje solitario, narcótico (lleno de café), silencioso, como que está realizando una mutación interna volviendo a la crisálida para volver al personaje que era en su pasado. En el caso de la película de Tourneur, Jeff realiza el viaje con su novia, es un viaje en la noche (ambos viajes duran toda la noche), Jeff no cambia de personalidad y le cuenta la verdad del pasado que ocultaba en una especie de testamento. En las dos películas los protagonistas enfrentan -después de este viaje- su verdadero pasado, pero desde diferentes puntos de desarrollo de la historia.

El final es revelador, al dilucidar quién era el verdadero antagonista de la historia, el protagonista demuestra su nobleza con Ann hasta, incluso, después de muerto. Algo que destacaba a estos filmes llamados cine negro son esos finales fuertemente emotivos -sin ser románticos-, tristes, melancólicos pero extrañamente esperanzadores. Con esa gran escena donde muestran a Ann saliendo del funeral del brazo de su novio de infancia (aunque más como presionada por él), se escapa y va donde el ayudante que Jeff tenía en la bomba de bencina (un chico sordomudo) y le pregunta si realmente Jeff se estaba escapando con Kathie. El chico mira a sus ojos notando que esa respuesta es decisiva, entonces él mueve la cabeza diciendo que sí. Ella se va decepcionada hacia los brazos de su pueblerino exnuevo-novio, entonces el chico mira el cartel del local donde está el nombre de Jeff y parece pensar “gran amigo, tú sabes que sólo así podrá ser feliz”. Una escena de estas conmueve mucho más que un trillado “vivieron felices para siempre”.