Reportaje
LIBRERÍAS DE VIEJOS :
UN PASEO POR LA MEMORIA
por Pilar González Langlois,
periodista
En la Plaza Almagro, las pilas de textos al aire libre se vuelven mágicas como un dominó colorido e imperfecto. Detrás están los vendedores ; pasivos y distantes del ajetreo mundano. Regina una de ellas, comenta que el oficio es un tanto ingrato porque la gente cree que por tratarse de textos viejos el precio debe ser excesivamente barato, lo que no es así.”Aquí los precios son módicos y además existe la posibilidad de hacer cambios, por ejemplo si alguien quiere llevarse un libro puede ofrecer el suyo pagando la diferencia”.
En general quienes se dedican al rubro han cultivado de a poco el gusto y el conocimiento por la cultura, así por lo menos lo reconoce Rodrigo Viera . “A mi me pasó que de a poco fui desarrollando un oficio que en cierto modo me distingue del resto, accedí a un crecimiento personal importante.” Edubina Torres no sabe mucho de literatura , su especialidad es la historia, pero se maneja bastante en los títulos y ediciones, cuenta que los más lectores son las personas de mayor edad. “Atenderlos es un placer porque se da una relación de amistad, más que comercial ,te preguntan por algo y si está se emocionan”.
Es esa necesidad de encontrar, urgar y rescatar lo que llama la atención del comprador de libros usados. “ La sorpresa , el encontrarse con lo desconocido, la curiosidad de un libro raro” , dice un cliente de libros viejos. “ La sensación de descubrir lo pasado, que en una misma repisa esté un volúmen nuevo con otro del siglo pasado, ejemplares fuera de contexto, desindexados por los índices temáticos en los “isbn” ; eso le confiere una característica singular a las librerías de segunda mano, expresa otro lector que no deja de tocar y acariciar los textos de una de las estanterías de la conocida tienda “El Cid” .
Uno de los mayores atractivos para coleccionistas o fanáticos es encontrar las primeras ediciones o libros incunables . En pleno barrio Lastarria , una de las librerías que se ha especializado en este tipo de publicaciones es la del “Cid” en calle Merced, allí se encuentran con cierta frecuencia textos inmemoriales que según relata su propietaria Jeanette Cares, llegan gracias a los llamados “busquillas” , personas que se dedican exclusivamente a escudriñar en ferias de poblaciones o en casas particulares hasta dar con el “tesoro” un tesoro que sólo adquiere valor en sus manos ya que quienes se desprenden de ellos , muchas veces no tienen conocimiento de su verdadero valor. “Los libros llegan acá de muchas formas , los mismos clientes y los busquillas que dedican su tiempo a recorrer los persas poblacionales y hacen el papel de intermediarios . En poesía por ejemplo ostenta primeras ediciones de Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Gonzalo Rojas, Jorge Teillier ; en narrativa de Francisco Coloane Eduardo Barrios ; en historia el famoso atlas de Claudio Gay. Como reliquias literarias conserva ediciones en cuero de becerro con grabados e ilustraciones a mano.
Otra forma de adquirir el preciado objeto literario está en los remates , más de alguna biblioteca de algún coleccionista muerto puede llegar. Casi siempre y por dato , son los libreros quienes llegan en primer lugar haciéndose como si el material no tuviera la menor importancia para justificar el interés , reconoce un viejo librero .
En Providencia , frente al Liceo Victorino Lastarria, se encuentra una de las galerías más grandes en el rubro junto con San diego. En ella se esconde el silencio y al entrar el tiempo transcure sin prisa. La mayoría de los libreros llevan años en el oficio , incluso uno de ellos aprovecha la hora del almuerzo para dormir la siesta . Las vitrinas están atiborradas de textos, en los locales hay rumbas de ellos de lo más conocido hasta lo inimaginable. Al lugar llegan estudiantes, académicos y gente común. La variedad y los precios son su mejor carta de presentación, en los pasillos las ofertas sobresalen y son el mejor impulso para tentarse a comprar.
En el camino quedan otras opciones , como el persa “Bíobio , lugar favorito de los libreros, como una suerte de veta o gallina de los huevos de oro, que de vez en cuando proporciona la adquisición esperada. Las ferias populares de los barrios como la de Peñalolén en Grecia con Ictinos puede ser otra alternativa y las veredas de alguna Universidad donde se esconden curiosidades que no saben de precios. También están las ferias de los distintos municipos como Providencia y Ñuñoa y la que organiza la Universidad Mayor en el mes de Febrero.
En el camino quedan otras opciones , como el persa “Bíobio , lugar favorito de los libreros, como una suerte de veta o gallina de los huevos de oro, que de vez en cuando proporciona la adquisición esperada. Las ferias populares de los barrios como la de Peñalolén en Grecia con Ictinos puede ser otra alternativa y las veredas de alguna Universidad donde se esconden curiosidades que no saben de precios. También están las ferias de los distintos municipos como Providencia y Ñuñoa y la que organiza la Universidad Mayor en el mes de Febrero.
En cada una de éstas instancias está la posibilidad de encontrarse con los andenes de la memoria, en un juego infinito de rescatar lo que alguna vez se leyó o lo que estuvo en manos de quizás quien , como una cadena interminable de historias pasadas y que sólo recobra vida en el contenido de lo que se descubre.
Pilar González Langlois (1974). Periodista y reconocida gestora cultural independiente, destacando como una de las personalidades ligadas a la cultura local y regional desde fines de los '90. Fundadora de la ya, legendaria Agrupación Cultural "Francisco Villota", entidad que destaca por el importante legado literario y artístico que marcó una época en la ciudad de Curicó. También ha desempeñado su labor periodística en medios como EL Mercurio y El mostrador. Actualmente sigue ligada a la gestión cultural.
El peregrinaje en busca de libros usados puede llegar a convertirse en una obsesión. En ese andar único e irrepetible existen anécdotas de una sensibilidad que sólo puede dar la experiencia. Una mañana cualquiera en plena calle San diego , un hombre de edad madura , mientras se toma un te en un local de comida rápida, lee a Fernando Santiván. Este personaje de agudos ojos azules pelo cano y rostro triste resulta ser un buen lector y se dispone a hablar. “Los libros son como andenes de la memoria , los distintos compartimientos donde se han estacionado todas las vivencias de la observación literaria. La historia se ha estacionado ahí , luego que se deja se vuelve a rescatar , esos son los libros.” Este caballero insiste en caminar hacia su casa en pleno paseo Bulnes allí vive con la poeta Carmen Gaete Nieto del Rio. Al entrar al departamento un olor a antiguo despierta el olfato entre libros marchitos y muebles de caoba. La conversación se hace cálida y la dueña de casa, la escritora Carmen Gaete del Río reflexiona en forma metafórica. “Mis mejores adquisiciones las obtuve en la extinta librería “San Martín” donde encontré ediciones de poesía francesa de un valor incalculable. Me encantan las librerías de viejos porque son como los cementerios en donde los autores van quedando como alineados, unos al lado del otro sin saberlo. ¿Quien iba a pensar que Neruda, De Rokha y Huidobro después de muertos podrían estar juntos ?. El libro usado es un objeto literario evocador de historias que se van acunmulando fuera del contenido, muchas veces traen las anotaciones al margen, lo que va configurando una geografía del lector, ese tiempo ya ido y las emociones son las que uno recibe en un libro usado”.
En el recorrido por las tiendas de libros de segunda mano, siguiendo en la calle San Diego, el fuerte sol se contrasta con el olor a almizcle y lo sombrío de los puestos. En medio de ese panorana está la librería de Luis Rivano, uno de los más antiguos en el oficio, quien relata con admiración la importancia de su oficio . “Estamos viviendo una cultura desechable , toda la literatura que está en las vitrinas es un tipo de literatura de consumo , cuesta mucho que las editoriales reediten a Tomas Mann, Dostoieski, Chejov ; en cambio en las librerías de viejos está la posibilidad de mantener a esos autores, esa es nuestra misión y así mantendremos viva la historia de la humanidad.” Según relata uno de los libros más solicitados es “En busca del tiempo perdido” de Proust, además de las Ediciones “Aguilar” de los autores García Lorca, shakespeare y Wilde.


