La redacción de
REVISTA POETAS CURICANOS
acusa recibo de...


por Bobby, el ochentero desenfrenado




"LA PIEDRA DE LA LOCURA"
Revista de creación visual y literaria
Edición no. 8/ primavera 2008
N. de la R.:
"Aparece en el momento menos pensado"

Director supremo: Jaime San Nadie
Edición y diseño: Felipe Moncada
Consejero Inubicable: Patricio Serey
La Piedra de la Locura, publicación que tal como reza su bajada de título, puede sorprender en cuanto a su aparición en cualquier momento, estado y comarca (hay que decirlo, la hemos visto en los kioskos de las plazas mas inimaginables... Talca, por ejemplo) viene sosteniéndose ya por el número, épico a éstas alturas, 8. A lo largo de 32 páginas de muy buen material (papel, me refiero) y ordenada en su diseño algo conservador para las materias que trata -formal dentro del concepto de la diagramación, la verdad-, sus artículos van en coherente relación con el plan de vuelo propuesto: abundancia de imágenes subconcientes, de la temática pop y del monocromo algo "upeliento". Interesante pareciera entonces la recuperación en cuanto a formatos a la usanza de la célebre editora Quimantú. En lo relativo a sus contenidos, la concordancia entre experiemento visual, amnésico y surreal corre de la mano con la propuesta lúdica de sus artículos pero, dicho sea de paso, consecuente con el pasaje irretornable por la isla de la Utopía, esa en la cual viven transterrados los poetas. Dónde no todo es juego (me recuerda el eterno alegato con mis colegas de radio cada domingo cuando transporto equipos a alguna transmisión del futbol por alguna cancha: no sólo de futbol vive el ciudadano, les digo) y a pesar que ya a la tercera página parezca una manifiesto desgarrado de la alucinación, también hay crítica, referencia bibliográfica, algo de prosa, uno que otro desvarío narrativo corto. Incluso hurgando, pude encontrar un artículo de un viejo conocido, Mario Verdugo. Como dije, fotos y monos hay de sobra. Algunos títulos de sus contenidos: "Orgía piramidal en cervecería"; Poodles desaparecidos, el drama chileno"; "Encuentran fósil de poeta"; "Mamonautas: todo sobre la polémica del año", etc. Escriben por ejemplo, Enrique Winter, Nicolás Miquea, Felipe Cussen, Marián Lutzky, Jorge Rubio entre otros, todos ellos poetas de la nueva hornada, lejana de la teta concertacionista y exiliados en sus propios lares como los más felices de los Adanes y las Evas. Según Felipe Moncada, su editor, dijo a Poetas Curicanos que "sometería al consejo editorial de la revista los ofrecimientos bastantes suculentos de distribuir La piedra de la locura en los kioskos curicanos, aunque preferimos la necesidad de los sueños para que la pidan", señaló. Esperamos entonces, poeta Moncada.

Para quienes esperen sin tener certeza sobre la aparición del número 9, pero de que saldrá, ni que lo dude la convicción, pueden contactarse a
lapiedradelalocura@hotmail.com




"UN OJO LLAMADO CACERÍA"
Poesía
Marcela Saldaño
PIedra del Sol Ediciones
Presentación crítica de Alejandra Bórquez Jaque
Santiago de Chile, 2009
84 págs.
Habiendo presentado el trabajo escritural de Marcela Saldaño en el pasado número de Revista Poetas Curicanos en su sección "La poeta invitada", fué ella misma quién se encargó de hacernos llegar su más fresca publicación, "Un ojo llamado cacería", un volumen de prosa poética y poesía del cual ya había ofrecido un adelanto en plaquette editada por Editorial Fuga. Una de las voces más lucidas de la camada nueva de poetas capitalinos, Saldaño se ha dado en reivindicar el arte grande de la palabra, la creación y el ejercicio de la "poeisis" como fin consecuencial de los actos y de la estética de la poeta; lleva la elegancia de la imagen y del idioma hasta el fin de sus últimas consecuencias desprovisto de arcaismos con la dialéctica lingüistica. Materialismo dirán los mas bobalicones. No. En "Un ojo llamado cacería" la superposición del discurso es una partícula insuperable. Las cimas cualitativas del texto y la transfiguración desfilan ante el aterido lector de esta colección de profundas prosas cavernarias; tan pronto como se sube a la panoptia de la figura, que emerge de su fondo y que se desviste a cada salto de párrafo sin duda alguna que se está en el goce de los sentidos literarios. El ojo, ese "ojo" furtivo al cual no se le cae ni la más nimia de sus pestañas recorre pasadizos que pareciesen enfermizos para los corazones no laicos, "laicos" como el afan de la santidad poética. Si hubiese que caer abrumado por una especie de prosa-cine, "Un ojo llamado cacería" es un cincuentero film épico dotado de un Olimpo poema a poema, prosa a prosa. Se aplaude la poesía de Saldaño cuando en estos tiempos, anti-míticos y anti-metafísicos, una poeta es capaz de devolver esa esperanza perdida en el idioma a los lectores y aun así, a los propios poetas. Ella devuelve entonces al príncipe que la secunda en todo momento y lo deja instalado en su trono de señor. Y ese señor es el idioma, perfecto, perfectible, venerado, auténtico pero ante todo honesto.

Salud, Marcela Saldaño. Que ese ojo no se cierre nunca y que fulmine con su mirada primitiva al universo del que somos capaces de escapar, creando.