Investigación y estudios:
EL REGRESO DE LOS GRUPOS LITERARIOS

por Samuel Maldonado de la Fuente





“El universo visto desde dentro, es luz;
visto desde fuera, por la percepción espiritual,
es pensamiento”.
Rudolf Steiner.

En Chile, es José Victorino Lastarria el primero en intentar establecer grupos o fraternidades cuyos miembros se entreguen al cultivo de las bellas letras. En 1842 funda la Sociedad Literaria, cuyos miembros eran alumnos escogidos del Instituto Nacional. El grupo continúa más tarde reuniéndose en casa del escritor ensayista y político.

El Ateneo de Santiago, establecido dos años después, era otro sitio donde se congregaban nuestros talentos, sobre todo, poetas. Una débil crítica literaria estimulaba los énfasis neo-clásicos del “ Andrésbellismo”, y los románticos, de Sarmiento, Lastarria, Guillermo Blest Gana. Aunque no se iba lejos. Para Lastarria el ideal poético era Gustavo A., Becquer.

Las musas nacionales, exigían producción semanal a los vates, que eran editados en un solo ejemplar manuscrito, en albunes, y aun en sus abanicos. Cuartetos, redondillas, espínelas, sáficos-adónicos, sonetos. Cuando eran cantos ( o gritos o alaridos) de amor a la bella del álbum, se trataba de profundas meditaciones sobre la vida y la muerte. Poesía impostada, de impostura lírica, de encargo, poesía dominguera. Ercilla estaba olvidado. Las efemérides patrias daban lugar a inundaciones de inflamados y mediocres versos. El “Ateneo” concluye sus actividades con la revolución del 91. Pero ocho años más tarde don Samuel Lillo lo resucita en la Universidad de Chile. Lillo se da maña para atraer a los nuevos talentos, y sus veladas consagran más de un escritor.

Allí aparece el joven Augusto D´Halmar. bello teatral, apoyado exagüe en el hombro de su abuelita, impregnado de lejanías, navegaciones nórdicas y brumosas, teósofo y solemne. Con su cavernosa voz hacía estremecer los encorsetados tórax y oprimidos pechos de las señoritas de Santiago a principios de siglo.

D´Halmar no resiste hoy una fría lectura. Era un prodigio de imagen y sonido, una bella pompa de jabón. D´Halmar convence a Fernando Santiván y crean la “Colonia Tolstoyana”, bajo la inspiración de León Tolstoy. Santiván consigue un arado y un buey y las emprende a San Bernardo para cultivar la tierra junto a Ortíz de Zárate, mientras D´Halmar a la sombra de un árbol lee la Biblia. El grupo se disuelve por problemas económicos. Pero es la antesala del Grupo de los 10.

En 1916 lanzan el primer número de su revista. En octubre del mismo año, Tristán Tzará da vida en Zurich, Suiza, al grupo “Dada”. En 1915, Pedro Prado había editado su libro “ Las Palomas”, donde habla de la libertad del artista. Estos escritores chilenos, “los diez”, fraguaron un grupo esotérico para embromar a la sociedad chilena, acartonada y rígida, inventaron ritos burlescos, pero salieron premiados transformándose en grandes de la literatura chilena de todos los tiempos. Luego, vienen otros, como la “Mandrágora”, con Braulio Arenas, Gómez Correa, etc..
Curicó a través del tiempo
Por esas épocas, muchos curicanos habían sobresalido en la literatura, pero en forma individual, como Eduardo Barros Grez, Pablo de Rokha, Efraín Barquero, Carlos René Correa, este último creador del “grupo Fuego de la Poesía”.

Las hermanas Urzúa Cruzat con su revista “La Mujer” y sus academias, son la voz femenina.
Curicó mismo, no era una ciudad para desarrollarse en las letras o el intelecto, más bien su carácter colonial y abúlico, poco aportaba para tal intención. Aún así, surgen movimientos interesantes, como el grupo editor de la Revista Nervio en la década de los treinta y “La Buhardilla” en los cuarenta con Arturo Santana, Robles Acuña, Richasse, Ricardo Silva, entre otros.

En las fiestas primaverales de los años 20, surgen las figuras modernistas de Alejandro Gutiérrez y Leonidas Rubio, que han quedado como olvidados en espera de su retorno histórico.
En la actualidad, no existen en Curicó grupos literarios, como el “Orlando González”, o “Renacer” o “MGM”, estamos en el mundo de la globalidad con instituciones transformadas en Sociedades de escritores. Sería bueno la aparición de un grupo literario con fuerza estética propia, de carácter reflexivo, de ponencias renovadoras, impugnador de ideas, que nos saque de los contextos de apatía y pesimismo.

Un hecho trascendente que está asentado en Curicó, es "Descentralización Poética”, apéndice de otros movimientos a nivel nacional, comandados por el poeta Eduardo Leyton, quizás el único exponente y versátil que se desplaza de territorio en territorio buscando posiciones poéticas. Podría afirmar que no existe un grupo literario sólido y firme en la provincia, solo deambulantes poetas de todos los talantes, buenos y malos, que no atinan a consolidar un grupo.

Hace unos años ya, Edgardo Alarcón y Samuel Maldonado conformaron el Grupo Poético Chequenlemu, que esporádicamente se reúnen en la localidad que lleva su nombre, una vez al año. Llegan allí, poetas de la región del Maule, como Eduardo Sepúlveda, Bernardo González, Mario Meléndez, Ricardo Opazo, Juan Jofré, dando rienda suelta a la lectura poética, de análisis y consolidación de sus escritos.

Así, la poesía actual curicana pasa por la austeridad poética de Rodolfo de los Reyes, la intensidad de Eduardo Leyton, las mediciones de Eduardo Klein, las siempre conocidas contingencias de Juan Jofré, que podría llamarles las más visibles promesas para un grupo trascendente. Obvio que está Edgardo Alarcón encerrado en su buhardilla literaria y nada más bajo el puente.
Muchos autores de “poemas”, lo hacen en un acto irreflexivo, emotivo, sin conciencia literaria, por sumatoria de elementos, sin llegar una estética concluyente.

“Para Arthur Schopenhauer el mundo no es sino la representación de una inmensa, permanente y ciega voluntad”. Esta sentencia es como asegurar que lo emotivo nubla la razón. La razón entonces se puede medir a través de la lógica y eso significa un trabajo elaborado, profundo, meditativo y prolijo. Es decir no puedo plasmar palabras y palabras en una hoja en blanco, solo para alimentar mi ego. Es como el hablador que no posee reflexión ante que lo que expone. “Aunque el hombre está condenado a ser libre, sentencia Jean Paul Sartre. ¿Qué significa esto? Que el hombre es el único ser que conocemos, hasta ahora, capaz de pensar que todo lo que vive es en realidad un engaño, una farsa… Para cambiarlo todo, a sus ojos, la realidad, la posible y nueva realidad, debe necesariamente sentir y expresar bajo parámetros de la más absoluta seriedad, aunque esta provengan de una notable y elevada sátira o ironía”.

Bueno, indiscutiblemente no podemos coartar la aparición de diversos poetas, hombres o mujeres, que de entender su rol necesariamente deben procurarse las armas o las herramientas con que van a construir al poeta a través del oficio y eso ya requiere trabajo, reflexión y elaboración. “Scito te ipsum”

Los grupos contribuyen a la discusión, el ejercicio y la definición del porque escribo y para qué.
Samuel Maldonado de la Fuente. Poeta, narrador y ensayista de larga trayectoria en las letras curicanas y de la región del Maule. Fundador y editor de revistas literarias y periódicos como "Sucesos" (Linares); "La idea de la semana" (Curicó) y "Signo" Ha publicado "Adolescente". Poemas (1968); "Muro de los borrachos", Cuento (1969); "Voces de Rauco: Alejandro Gutiérrez Leyton", Ensayo (1982); "Senderos del tiempo", Poemas (1983); "Poesía de tiempos invisibles" (2000) y "Visión personal de la literatura curicana", Ensayo (2006).