Crítica del séptimo arte
CINE OXIDADO
por Vittorio Farfán
trippas.cl
"El joven Törless"Der junge Törless(1966)
Director: Volker Schlöndorff
“Mientras no entiendas… tienes que creer”, es lo que de una forma frustrada y dictatorial le dice el profesor de Matemáticas a Törless, porque no pudo explicarle porqué un número imaginario sirve para resolver una raíz negativa. Esa frase resume la autobiográfica novela de Robert Musil en la que está inspirado este film.
La historia es el pasar de Törless en una escuela militarizada en Europa central, quien tiene una cercanía con dos compañeros los cuales se entretienen torturando a un tímido estudiante de apellido Basini, el que aguanta sus abusos ya que le debe dinero a uno de ellos. A diferencia del libro, que acertadamente no se llaman igual, la película se concentra más en las conversaciones que tiene Törless con los personajes y las torturas a Basini.
El libro se puede catalogar como una novela de iniciación donde la temática gira más en el mundo interno de Törless y su reflexión entorno a lo que vive y el homosexualismo que existía en el internado. Sin embargo, ambas obras coinciden mucho en mostrar lo fascista y dictatorial que era (mejor dicho que son) las metodologías educacionales, con esos uniformes explícitamente militares. También las ubicaciones que tenían los internados en esos pobres poblados campesinos, donde sólo viven mujeres y viejos que tienen que coexistir con estos hijos de aristócratas y burgueses de la capital.
La película comienza con el grupo de muchachos (casi marchando) llegando a la estación de trenes del pueblo, adonde los padres de Törless van a dejar a su hijo. El padre tiene una conversación de admiración con uno de los compañeros de Törless quien parece ser un joven responsable y correcto, incluso le dice al joven “mi hijo tiene que aprender mucho de ti”, mientras la madre lo abraza como si este fuera a la guerra.
La película comienza con el grupo de muchachos (casi marchando) llegando a la estación de trenes del pueblo, adonde los padres de Törless van a dejar a su hijo. El padre tiene una conversación de admiración con uno de los compañeros de Törless quien parece ser un joven responsable y correcto, incluso le dice al joven “mi hijo tiene que aprender mucho de ti”, mientras la madre lo abraza como si este fuera a la guerra. El padre se despide fríamente, a diferencia de su madre que con un velo de luto intentaba ocultar sus lágrimas, el tren se aleja y Törless parte con el grupo cruzando el campo para llegar al bar del pueblo a tomar vino, aunque al llegar al internado se les ve totalmente lúcidos. Aquí hay una demostración del doble estándar, el aparentar ser correcto y ejemplar, y por otro lado el pertenecer a un submundo donde se disfruta de todo lo que esta prohibido. Estos dobleces también se manifiestan en la cadena de abusos y sadismo hacia Basini en el que parecen satisfacer sus instintos más primitivos, en una especie de desquite hacia la repulsión que les produce el internado, algo así como “yo te golpeo por que no puedo golpear al que me golpea”.
Los dos compañeros y cómplices de Törless representan diferentes corrientes: uno es lo concreto, el que cae en lo bélico y el otro es el existencial, pero que a pesar de todo es mundano. Pese a sus diferencias ambos disfrutan minorizando a un ser que ya esta disminuido. Törless, por su parte, considera aquella violencia repudiable, pero aún así participa, aunque no como torturador, pero sí como un voyerista, que pese a su aparente piedad y lástima hacia Basini, demuestra ser un personaje frío y muy analítico, hecho que se demuestra al final de la película en su testimonio frente a la asamblea con los directores del internado, en donde da la impresión de que actúa, de que todo lo que hizo era un plan de él para poder aprender sobre esa obsesión del ser humano de educar e imponer que existe tanto el bien como el mal separados y que entre ellos hay una línea que al parecer esta marcada con tiza.
La película está divida en capítulos muy marcados, pues al principio muestra cómo va progresando el nivel de tortura y por las etapas que va pasando los internados (desde una tortura clandestina a un linchamiento en el que participan todos), las conversaciones que tiene Törless entorno a tratar de entender lo incorrecto o lo irracional de la esencia humana. El interesante discurso de una prostituta por las noches y mesera en el día da un importante prisma y da la sensación de vivir el fin de las monarquía, por el monstruo que era el neoliberalismo que venia a imponer su reinado, a tratar de convencer de que existe una igualdad de oportunidades, en especial cuando la puta dice mirando a su bebé en la cuna y mientras ella está siendo toqueteada por uno de los chicos del colegio y mira a Törless, quien parece estar un poco choqueado por la escena, y le dice “¿acaso tú crees que eres más que él?”.El uso del blanco/negro da al campo donde está el internado una atmósfera entre decadente y desértica, que junto a los niveles de luz nos hacen sentir incluso en los exteriores una sensación de claustrofobia, de que los personajes están atrapados en ese entorno hasta que lo decida su carcelero o logren ser el líder de la manada. El contraste de las escenas de clases donde todos están compuestos haciendo NADA y luego los recreos donde están todos jugando a ser bárbaros es un factor con que juega mucho la película, La contradicción de la sociedad, en donde los profesores tratan de enseñar cosas que no entienden, como dice Barbara Steel (la puta) en la película “cuando están con sus padres ustedes ni me miran, pero cuando se van ellos y cae la noche, vienen a mi pieza”.
A esta película se le puede considerar tanto como fue su concepción como su estilo, un hijo a medio parir del “nuevo cine alemán” con la “Nouvelle vague”, ya que la formación del director fue en Francia, pero ya a fines de los 60 la “Nouvelle Vague” se puede considerar que pasan a ser cineastas individuales, ya que cada uno tiene totalmente marcada su firma propia. Por otro lado, “el Nuevo cine alemán” se encontraba en aquellos años en una etapa donde sólo se realizaban cortometrajes y no existía (ni nunca existió) un grupo aclanado como fue en los comienzos la “Nouvelle Vague”.
La opera prima de Schlöndorff aportó muchos elementos del cine francés, como el discurso político revolucionario entre intelectual y visceral, también los diálogos claustrofóbicos que los franceses aprendieron de John Cassavetes. Del nuevo cine alemán, a pesar de que sea bastante heterogéneo, “el Joven Törless” tiene una atmósfera de que la sociedad actual se encuentra en una etapa crepuscular o directamente apocalíptica con personajes que parecen sobrevivientes de un holocausto, que sólo subsisten y que sus sentimientos son acciones casi reflejas o autómatas, todo esto contrastado con personajes (los aldeanos) que son seres primitivos que no se comunican con un lenguaje desarrollado sólo con rústicos gestos.
Algo característico del nuevo cine alemán es su metáfora reflexiva antropológica del pasado como también el pasado-presente de su país, creando una reflexión hacia su deambular actual y calculando las proyecciones en torno a lo que podría ser el futuro de la raza humana como producto del entorno donde se desenvuelven. Reflexiones tétricas y sombrías que dan la sensación de que no existe salida, de que el ser humano cae en este mundo sin piedad ni salida se diferencia de los franceses que dan esperanza entorno a la revolución o una perspectiva conformista entorno al amor.
Torless es un film muy maduro que patenta el apadrinamiento de Louis Malle, con la sensación fetichista que incluso Schlöndorff mantiene en toda su carrera. Destacó la aparición de Barbara Steel (razón que me atrajo a ver el film), quien en esa época posterior a trabajar con Fellini, reemigra de su pasado como reina del terror e intenta buscar una carrera como actriz de carácter, siendo la única actriz “de trayectoria”. Y a pesar de que participa en prácticamente una escena, su imagen se usa de portada en varios afiches. Su participación es algo totalmente innecesaria y necesaria, una escena que podría haber ido en cualquier momento, pero que es uno de los clásicos elementos usados por los “Nouvelle vague” sea de lo que se trate el film, que no puede faltar en la pelicular una voluptuosa diva.
Törless es un film muy maduro, un ejemplo de lo variado que fue el nuevo cine alemán, a pesar de no tener un norte en común, pero que los reúnen muchas características que son producto de una situación de desconformidad entorno al cine germano que se realizaba en ese tiempo y lo desconectado que estaba con la realidad social que vivía Alemania en ese epoca. Törless es una perfecta analogía de la Alemania post-guerra con los fines del siglo XIX, es una reflexión entorno al ser que está creando esta sociedad, un ser humano sin sentimientos, puramente funcional, capaz de tomar decisiones precisas, casi militarizadas, sin emociones, un hombre rentable para tratar a sus hombres igual que a la naciente segunda revolución industrial, algo que en la época del libro se encontraba germinando, y donde la película llega a reflexionar de este pasado desde el punto de vista de los 60 cuando ya estas calderas habían explotado.
El personaje de Törless es un niño que después de vivir este pasaje de su vida ya tiene otra mirada, ya entendió que los valores son algo ambiguo, la justicia es tan relativa y parcial como la mirada de dios, que para subsistir se puede aminorar a otro ser. Un niño que aprendió que el conocer en pro de la supremacía de la especie humana puede irse en contra de ella misma mientras mantenga su búsqueda. Esa cruda realidad se ve en su mirada cuando abandona el internado con su madre, observando desde la carroza como abandona ese pobre pueblo del cual ya aprendió más de lo que necesitaba y ahora aprovecha el maternalismo de su sobreprotectora progenitora y trata sentirse un niño nuevamente, pero su mirada ya no es la misma, es la de un hombre frío, realista. Ese personaje, que para muchos de nosotros es un verdadero monstruo, es el resultado del espíritu que a logrado auge pero también de la decadencia del pueblo alemán, porque, a pesar de todo, Schlöndorff no da una conclusión dictatorial, deja que el público decida y reflexione entorno a ese ser creado por la sociedad y el entorno a la que fue sometido.
Aunque sobre Schlöndorff muchos consideren que “El tambor de hojalata” sea su mejor film, en Törless nos muestra muchos elementos que se verán en toda su carrera, en especial su fetichismo y su objetividad al intentar reflejar que sus personajes son el resultado de una sociedad fría y colapsada.
Torless es un film muy maduro que patenta el apadrinamiento de Louis Malle, con la sensación fetichista que incluso Schlöndorff mantiene en toda su carrera. Destacó la aparición de Barbara Steel (razón que me atrajo a ver el film), quien en esa época posterior a trabajar con Fellini, reemigra de su pasado como reina del terror e intenta buscar una carrera como actriz de carácter, siendo la única actriz “de trayectoria”. Y a pesar de que participa en prácticamente una escena, su imagen se usa de portada en varios afiches. Su participación es algo totalmente innecesaria y necesaria, una escena que podría haber ido en cualquier momento, pero que es uno de los clásicos elementos usados por los “Nouvelle vague” sea de lo que se trate el film, que no puede faltar en la pelicular una voluptuosa diva.Törless es un film muy maduro, un ejemplo de lo variado que fue el nuevo cine alemán, a pesar de no tener un norte en común, pero que los reúnen muchas características que son producto de una situación de desconformidad entorno al cine germano que se realizaba en ese tiempo y lo desconectado que estaba con la realidad social que vivía Alemania en ese epoca. Törless es una perfecta analogía de la Alemania post-guerra con los fines del siglo XIX, es una reflexión entorno al ser que está creando esta sociedad, un ser humano sin sentimientos, puramente funcional, capaz de tomar decisiones precisas, casi militarizadas, sin emociones, un hombre rentable para tratar a sus hombres igual que a la naciente segunda revolución industrial, algo que en la época del libro se encontraba germinando, y donde la película llega a reflexionar de este pasado desde el punto de vista de los 60 cuando ya estas calderas habían explotado.
El personaje de Törless es un niño que después de vivir este pasaje de su vida ya tiene otra mirada, ya entendió que los valores son algo ambiguo, la justicia es tan relativa y parcial como la mirada de dios, que para subsistir se puede aminorar a otro ser. Un niño que aprendió que el conocer en pro de la supremacía de la especie humana puede irse en contra de ella misma mientras mantenga su búsqueda. Esa cruda realidad se ve en su mirada cuando abandona el internado con su madre, observando desde la carroza como abandona ese pobre pueblo del cual ya aprendió más de lo que necesitaba y ahora aprovecha el maternalismo de su sobreprotectora progenitora y trata sentirse un niño nuevamente, pero su mirada ya no es la misma, es la de un hombre frío, realista. Ese personaje, que para muchos de nosotros es un verdadero monstruo, es el resultado del espíritu que a logrado auge pero también de la decadencia del pueblo alemán, porque, a pesar de todo, Schlöndorff no da una conclusión dictatorial, deja que el público decida y reflexione entorno a ese ser creado por la sociedad y el entorno a la que fue sometido.
Aunque sobre Schlöndorff muchos consideren que “El tambor de hojalata” sea su mejor film, en Törless nos muestra muchos elementos que se verán en toda su carrera, en especial su fetichismo y su objetividad al intentar reflejar que sus personajes son el resultado de una sociedad fría y colapsada.
