Crítica de música:
EL LIRISMO MUSICAL DE EDGARDO TAPIA

por Rodolfo de los Reyes,
periodista(*)


Desde París, Francia, el pianista, tecladista, compositor y escritor Edgardo Tapia Verdugo (1958) nos ha enviado su último disco, titulado “Cinquiéme Sentier”(2009), editado por el sello Editions Bloc, obra que tal como lo sugiere su título, está compuesta por cinco piezas musicales una suerte de revival de las “Cuatro Estaciones" de Vivaldi, eso sí con sonidos contemporáneos y vanguardistas, ejecutados por un piano solo (Piano Yamaha), que construye una suerte de mosaico anímico espiritual del artista, que exuda sentimientos, emociones, sensaciones, sensibilidades en este quinteto de piezas unidas por un eje de la música clásica experimental, trabajando muy bien los movimientos, las fugas, los silencios y el sentido expresivo de su melodía. Para quienes conocemos el trabajo de Tapia, esta obra no se aleja mucho de su particular estilo nítidamente plasmado en las perfomance de sus presentaciones en vivo, los abundantes registros audiovisuales y su discografía agrupada en “Espacios de Luz” un trabajo de jazz fusión con piano y teclados, “Mi Alma en Sepia” piano clásico y su disco recopilatorio “Sur y Tiempo”, este último un claro homenaje a su filósofo de cabecera, el controvertido y polémico, pensador alemán, Martín Heidegger a quién parafrasea su texto filosófico “Ser y Tiempo”, todos los discos bajo el Sello Alerce, producción que lo llevó a ser nominado como mejor instrumentista por los Premios APES de 1993. De Francia, también bajo e sello Editions Bloc saca “Odas a Matta”(2008) un disco de una sola pieza musical de clara factura jazzística de fusión, donde el piano, la percusión y otros instrumentos provocan un caos, un delirio sonoro musical de profunda intertextualidad, así la obra musical y sus divagaciones filosóficas y cosmogónicas que constituyen su visión universal se funden y recrean en ambos soportes, la música expresa el carácter y el divagar filosófico del escritor, del hombre de letras que también es Tapia, enfocado a la filosofía y a la comprensión cabal del pensamiento y del mundo. No nos olvidemos que es autor del libro de ensayos “Fragmentos Esenciales”(2000) y de de más de una decenas de opúsculos donde aborda desde la filosofía y el existencialismo hasta la interpretación histórica (¿Histérica?) de sucesos y hechos casi contingentes de nuestra historia reciente y dolorosa, así lo señala el misterioso e inefable poeta curicano Leonidas Rubio Rubio, quién escribe el interesante ensayo “Palabra y Sonido de Edgardo Tapia” que aquí reproducimos en sus párrafos finales:
“La música de Tapia tiene afinidad y probable parentesco estilístico con la música de Eric Satié, en la medida en que hay un detener la armonía y dilatar la tonalidad (a través de la mano izquierda), como también se puede apreciar en Maurice Ravel y en Claude Debussy, como es propio en el lenguaje del impresionismo musical, tan afín al simbolismo literario. Las dimensiones armónica y rítmica han sido enfatizadas respecto a la melódica. Una obra de Tapia no se puede silbar, y acaso ello la conecta con las formas más elaboradas de la composición, aquellas que dan sustento a la música moderna y contemporánea cuyo máximo desarrollo se alcanza con Villa-Lobos y Leo Brouwer.

Cabe consignar que los conceptos filosóficos de Tapia subyacen en su obra musical a la manera de marco teórico y correlato de la misma. La pieza musical es para Tapia un episodio autónomo, una toma de conciencia que suspende el devenir causal, acaso “la voz del ser” indicada por Heidegger. Ello se traduce en el uso armónico reiterativo, el ritmo quebrado, casi sincopado, con reminiscencias del jazz (Parte VI de “Mi alma...”), la melodía suspendida, latente, indefinida, de resolución simple en sugestión de espacios abiertos; recursos que buscan crear una sensación de intemporalidad y circularidad a la vez, es decir, un discurso auditivo capaz de afectar la percepción de tiempo y espacio. A ello se agrega la imagen del Edgardo Tapia intérprete, que, según lo testimonian sus registros audiovisuales, apoya la ejecución musical con una entrega rítmica a nivel de expresión corporal y gestual, en que nos informa su total compromiso con el discurso musical entregado. Se diría que allí está poseído por la conciencia del irretorno y está confiriendo su momentum de un destino sagrado capaz de compensar la eternidad que se le escapa. Es, finalmente, la magia propiciatoria de una expansión de la conciencia, un rito, una respuesta casi mística al vacío del devenir ordinario, en cuya empresa creadora Edgardo Tapia se nos confirma como otro de aquellos escasos sujetos capaces de devolver belleza y poesía al mundo. “

Por cierto que un buen trabajo y desde ya nuestro saludos y felicitaciones desde la distancia.
Escuche aquí la Parte III del disco "Mi alma en sepia" de Edgardo Tapia




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(*) Biografía del autor en entradas de poesía.